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Noticias y Consejos

¿Duermes (realmente) bien?

Martes, Septiembre 04, 2018

Se suele pensar que el dormir es un proceso pasivo. No obstante, ocurre absolutamente todo lo contrario. Durante el sueño, el organismo lleva a cabo cientos de procesos como, por ejemplo, la regeneración muscular, el fortalecimiento del sistema inmune mediante la producción de anticuerpos y la regeneración celular. El sueño reparador, por lo tanto, garantiza el buen funcionamiento del organismo y, sobre todo, incrementa niveles de energía

Según el National Heart, Lung, and Blood Institute, la cantidad apropiada de horas de sueño para las personas entre 18 y 60 años está comprendida dentro del rango de las 6 horas diarias, especificando que esta cantidad no varía realmente entre individuos y que esta cantidad es la mínima requerida para evitar cualquier tipo de complicaciones o efectos adversos dentro de nuestro organismo. 

Ignorar este tiempo indispensable o dar poca importancia al descanso de nuestro cuerpo, puede llegar a desencadenar graves consecuencias en nuestra salud a mediano y largo plazo, siendo los más inmediatos la manifestación de problemas gástricos, el incremento irracional del apetito y la pérdida de capacidades de rendimiento dentro de las actividades regulares de las personas. 

Y, de seguir con esta mala práctica, es muy probable enfrentarse ante casos de reducción de reflejos, una disminución de la capacidad de concentración y daños irreparables a la memoria, siendo esto lo más común en casos donde se ha deteriorado de manera muy seguida el período de descanso natural del cerebro. 

¿Qué podemos hacer para dormir bien? 

Toma una ducha antes de ir a la cama

¿Qué mejor para relajar nuestro cuerpo que una buena ducha caliente? Y es que, tal como lo expresa la cultura popular, una ducha puede ser el mejor instrumento para regular la temperatura del organismo, relajar las tensiones musculares y facilitar, de este modo, el que se manifieste el deseo de dormir. 

Logra un estado de comodidad dentro de tu cama

Según algunos especialistas ligados al estudio del sueño, el cubrirse con cobijas pesadas dentro de un ambiente frío simula la sensación de protección experimentada cuando todavía se es un infante, disparando un gatillo dentro de nuestro cerebro que nos permite entrar en confianza para descansar. 

Medita y reflexiona antes de ir a la cama

Uno de los principales factores que a veces impide conciliar el sueño con facilidad, son las preocupaciones del día a día que solemos arrastrar al hogar después del trabajo. Para evitar que esto afecte negativamente tus horas de sueño, medita al menos unos 8-10 minutos todos los días antes de ir a la cama, reconoce y valora tus logros del día y, sobre todo, enfócate en las metas viables del día siguiente. Este ejercicio diario te ayudará a relajarte y, paulatinamente, a afianzar una sólida y saludable rutina de sueño.

Aléjate de los dispositivos móviles

En esta era digital y de hiperconectividad 24/7, no debe extrañarnos que la constante exposición a las pantallas y luces de los dispositivos móviles antes de dormir sea uno de los factores principales para la disrupción y trastornos del sueño. Por lo mismo, es imperativo que mantengas una distancia física razonable entre la cama y tus dispositivos móviles. Invierte en un reloj alarma tradicional y opta por leer un libro antes de dormir en vez navegar en internet.