¿Por qué es indispensable comunicarnos sobre la salud mental?

Las enfermedades mentales representan un significativo rol en el área de la medicina contemporánea y, aunque en el campo médico éstas sean consideradas enfermedades, en el día a día suele referirse a éstas de manera estigmatizada. Según la Organización Mundial de la salud, se conoce como trastorno mental al síndrome o patrón de carácter psicológico sujeto a interpretación clínica que, por lo general, se asocia a un malestar o a una discapacidad anímica.
Y pese a que esta misma organización indica que al menos 1 de cada 10 personas padece este tipo de aflicciones, la marginación e ignorancia alimentan una negligencia social hacia algo que, bajo conceptos científicos, ha sido reconocido como un problema real de la sociedad actual.
¿Por qué es importante entonces la atención y la discusión sobre salud mental?
1. Ayuda a reconocer la incidencia
Muchas veces llegamos a olvidar que dentro de nuestro entorno sin darnos cuenta es muy probable que un compañero esté padeciendo algún tipo de enfermedad mental. Conversar y reconocer nuestras propias aflicciones puede ayudar a que alguien más introvertido no se sienta solo en su padecimiento y eventualmente tenga la fuerza para reconocerlo.
2. Se eliminan los estigmas
Cuadros como la depresión, la fobia social o los problemas de neurosis, suelen ser enfermedades mentales asociadas con ciertos estereotipos sociales y, aunque sean padecimientos que no estén ligadas de ningún modo con estas corrientes, los afectados suelen ser marginados y rechazados por ser “raros” o “incómodos”.
Explicar y conversar de este tópico dentro de nuestros círculos sociales, ayuda no solo a eliminar lentamente el estigma hacia ciertas subculturas, sino que también garantiza que los presentes dejen de ver el problema como algo externo, y empiecen a considerarlo como una aflicción que cualquiera puede experimentar.
3. Fomenta la atención profesional
Muchas veces las enfermedades mentales llegan a ser infravaloradas por los círculos sociales por ser formas de “llamar la atención” u otras excusas. El generar intercambios verbales más repetidos sobre estos cuadros, genera que al final del día aquellos que presenten síntomas que no comprenden, se sientan más motivados a recibir atención profesional.
Los estigmas sociales hacia estas enfermedades, así como también los tabúes que nacen a partir del silencio, puede ser muy dañinos para nuestra sociedad; en donde este problema, así como como cualquier otro, se empieza a solucionar conversando.