Razones para tener un equipo de gestión de riesgo

Hoy día muchas empresas no conocen y entienden la esencia de los riesgos originados en su operación y derivados de sus objetivos de negocio. Para tener mucha más claridad y poder tomar decisiones informadas -a través del análisis de data, entorno, contexto, factores internos, factores externos, etc.- es necesario trabajar en la creación e implementación de un equipo de gestión de riesgo que permita hacer más fácil y menos errático el alinearse con sus objetivos estratégicos y financieros, así como también ajustar el rumbo y la estrategia que puedan cambiar según los riesgos y los recursos actuales.
¿Cómo saber que necesita un equipo de gestión de riesgo?
Si dentro de su empresa no hay claridad, identificación, conciencia y mapeo de sus riesgos, es posible que se encuentre con escenarios catastróficos, altamente perjudiciales para el bienestar de su empresa.
La buena noticia es que un equipo de gestión de riesgo calificado puede mantener su empresa viviendo junto al riesgo de manera consiente para marcar un margen del peligro a través de un proceso de identificación, entendimiento, priorización y mitigación del riesgo en cualquiera de sus niveles operativos y estratégicos.
Cada vez son más los altos ejecutivos que valoran la importancia de la gestión de riesgos para la protección contra vicisitudes que puedan presentarse. Por esta razón, se suman cada vez más equipos de administración de riesgos que están reportando directamente al departamento de finanzas o a un director de riesgos y presentando a una junta de revisión sus resultados y balances.
A mayor mercado, mayor riesgo
En el marco de la internacionalización de las empresas, la inserción en nuevos mercados y el uso de tecnologías avanzadas incrementan el nivel de riesgo de la compañía. Ante esto, también hay que considerar que aún no existe tecnología que permita a los equipos de gestión de riesgos integrar datos, analizar, evaluar y cuantificar los niveles de riesgo y capital para revisar el grado en el que una empresa se pueda ver comprometida.
Metodología de la gestión de riesgos
Para comenzar a trabajar en la gestión de riesgos, el equipo de trabajo deberá guiarse por los lineamientos de la actual norma internacional ISO31000 que dicta los principios y directrices para la Gestión de Riesgos en cualquier tipo de organización. Los pasos a seguir, en resumen, son:
1. Marco para la gestión de riesgos: Buscar comprender el contexto de la organización, rendición de cuentas, integración de los procesos, establecimiento de los mecanismos de comunicación interna/externa y diseño de políticas para poder alinearlos con los objetivos de la empresa. Teniendo todo esto claro se puede trabajar en el diseño de estrategias eficientes que permitan que las decisiones que toma el equipo de gestión de riesgos en el tratamiento del riesgo sean congruentes.
2. Valoración del riesgo: El equipo de gestión de riesgos deberá identificar y valorar los riesgos o eventos perjudiciales que empresas similares han atravesado. Este análisis deberá incluir las categorías de riesgo previamente definidos en el marco de gestión de riesgos.
3. Tratamiento del riesgo: Luego de la valoración de riesgos, el equipo de gestión de riesgos deberá establecer las diversas estrategias y soluciones más adecuadas que permitan: evitar el riesgo al decidir no iniciar o continuar la actividad que lo originó, incrementar el riesgo para perseguir una oportunidad, retirar la fuente de riesgo, modificar su probabilidad o consecuencias, compartir el riesgo con una o varias partes (incluyendo mecanismos de financiamiento del riesgo) o retener por completo el riesgo a través de una decisión informada. Estos dos últimos escenarios son los que en el mundo de seguros se conocen como riesgo asegurable y administración de riesgos cautivos respectivamente. En la administración del riesgo básicamente el cliente valora económicamente su riesgo y se financia a través de primas de seguro en una compañía aseguradora. En los riesgos cautivos el cliente tiene la capacidad financiera de hacer frente a su riesgo.
Estudios demuestran que sólo el 30-35% de los riesgos de una organización son asegurables; el resto debe gestionarse a través de los otros mecanismos de tratamiento del riesgo. Por ello, invertir en la mitigación y prevención le saldrá más económico que el conjunto de acciones a tomar en caso de que ocurra una situación altamente dañina para su empresa, donde el daño podría ser irrecuperable.