Viva el nuevo, y mejorado, Director de Riesgos

La crisis financiera de 2008 en Estados Unidos ha sido la peor desde la Gran Depresión, lo que llevó a una recesión económica y grandes rescates para salvar la economía. Aunque ha pasado una década y la economía se ha recuperado desde entonces, los temores de una repetición han sido suficientes para empujar a la industria financiera a tomar medidas correctivas.
Como consecuencia de la crisis financiera, los reguladores tomaron medidas para ayudar a evitar que se repita este desastre, especialmente con la firma de la Ley de Reforma y Protección al Consumidor de Wall Street de Dodd-Frank. Las instituciones financieras en sí mismas no han estado inactivas, sino que implementan medidas para protegerse de la próxima ola de turbulencias.
No solo un requisito reglamentario
Entre los movimientos más notables se encuentra el refuerzo del papel del Director de Riesgos (CRO, por sus siglas en inglés) que aún estaba en su infancia durante la crisis financiera. Inicialmente creado para llevar a cabo una guía de supervisión y asegurar que las instituciones financieras cumplan con las regulaciones, esta función ha evolucionado con el tiempo. De hecho, algunas organizaciones han posicionado a su oficial de mayor riesgo como una figura fundamental, encargada de establecer la estrategia de riesgo de la organización y asegurarse de que se cumpla. El CRO de hoy tiene influencia, reportando directamente al CEO con una línea directa al directorio. Esto significa que los líderes dentro de los escalones más altos de las compañías financieras están conscientes de los riesgos actuales y futuros, y pueden tomar medidas correctivas antes de que puedan causar un daño real.
Además, en la actualidad este papel fundamental va más allá del riesgo financiero tradicional, como los riesgos de crédito y de mercado. En cambio, dada la posible correlación de riesgos en las disciplinas de riesgo respectivas, muchas instituciones financieras han reconocido la necesidad de consolidar sus verticales de riesgo previamente únicas en un marco integrado supervisado por el CRO. Como resultado, las instituciones están mejor capacitadas para tomar decisiones ágiles y responder a los riesgos emergentes que afectan a cualquier parte de la organización. Dicha agilidad puede tener un impacto positivo en los resultados de la empresa. Muchas organizaciones que han invertido en una sólida estrategia de gestión de riesgos ahora reconocen que el CRO no es simplemente una necesidad regulatoria, sino un fuerte aliado de las divisiones que generan ingresos.
Planificación para la próxima crisis
En 2008, las empresas con estrategias de riesgo arraigadas en sus organizaciones resistieron mejor la tormenta. Las instituciones financieras que aún no han reforzado su función de Director de Riesgos deben considerar revisar su infraestructura de riesgos actual, asegurarse de que responde a todas sus actividades comerciales y tomar medidas para mejorarla a medida que los riesgos surgen y evolucionan. Esto requiere que un oficial, o equipo, tenga líneas de visión verticales y horizontales en toda la organización.
Las empresas también deben establecer un marco de riesgo que haya desarrollado completamente, y líneas de defensa separadas, por ejemplo, operaciones a nivel de división, riesgo a nivel corporativo y auditoría corporativa. Estas funciones deben colaborar y desafiarse entre sí para identificar, cuantificar y mitigar los riesgos. Esta transformación solo se puede lograr bajo la guía del nuevo y mejorado Director de Riesgos, que podría ser fundamental para ayudar a las empresas a superar la próxima crisis.