¿Cómo prepararse ante un riesgo de ataque de tirador en una Institución Educativa?
Es imposible eliminar el riesgo de un ataque de tirador activo malintencionado, pero prepararse para uno es esencial.
El Centro Nacional de Estadísticas de Educación (NCES por sus siglas en inglés) informa que desde 2000 hasta 2017, hubo 37 incidentes con tiradores activos en escuelas primarias y secundarias, y 15 incidentes con tiradores activos en instituciones postsecundarias. Aunque estas estadísticas son de Estados Unidos, Puerto Rico no está exento de estos eventos.
Si nos remontamos a la historia, encontramos el caso de la masacre de Río Piedras, ocurrida el 24 de octubre de 1935 en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, donde policías locales confrontaron y abrieron fuego contra partidarios del Partido Nacionalista Puertorriqueño. También, más recientemente, en 2017 ocurrió un tiroteo cerca de la escuela primaria Evaristo Ribera, en la zona residencial Vista Hermosa de la capital de Puerto Rico.
Si bien estos eventos son una ocurrencia relativamente rara, son de gran preocupación para aquellos interesados en la seguridad de nuestros niños. El FBI define a un tirador activo como "uno o más individuos que participan activamente en matar o intentar matar a personas en un área poblada". Debido a que la situación es activa, las fuerzas del orden y los ciudadanos involucrados en el incidente tienen el potencial de afectar el resultado.
Los establecimientos educativos, junto con las empresas, como los lugares de venta minorista y de entretenimiento, son los que tienen más probabilidades de ser atacados; pero otros, como las instituciones religiosas y los centros de salud, no son inmunes. Las razones son claras. Pueden ser difíciles de asegurar y el gran volumen de personas presentes cada día aumenta las posibilidades de que un individuo armado ingrese sin ser desafiado.
La gestión de riesgos eficaz puede reducir la exposición y reforzar el compromiso de la institución con el más alto nivel de seguridad. Las revisiones de las vulnerabilidades de seguridad y un plan de acción de seguridad son dos pasos iniciales y esenciales. Es importante crear conciencia sobre incidentes, comprender los perfiles típicos de un agresor, saber cómo responder, crear un plan de acción de emergencia y crear conciencia sobre los comportamientos clave.
Más recientemente, la industria de seguros ha respondido para brindar servicios forenses y de crisis que incluyen, entre otros:
- Investigación en nombre del cliente para ayudar a determinar los hechos del evento.
- Asesoramiento y apoyo con el manejo de la situación incluyendo estrategias de asesoramiento y comunicación.
- Mejora de seguridad temporal posterior al evento.
- Manejo de circunstancias que potencialmente podrían resultar en un ataque con arma mortal.
El impacto de un arma mortal en la organización asegurada y la comunidad local puede ser profundo. Un aumento en las ventas de armas de fuego en los Estados Unidos al comienzo de la pandemia de coronavirus, que involucró especialmente a los "compradores por primera vez", ayuda a explicar parcialmente el aumento de los tiroteos masivos, llegando a 1.3 millones de pistolas y 700,000 rifles y escopetas vendidas en agosto de 2020. Esto representa un aumento del 60% sobre las ventas promedio en Estados Unidos, siendo las ventas de armas de agosto el quinto mes más alto registrado según datos del FBI.
Con el aumento de las ventas de armas y el número de tiroteos masivos ya extremadamente alto, podemos esperar muchos más en los próximos meses. La investigación ha demostrado que el "fenómeno del contagio" es cierto: los tiroteos masivos conducen a otros tiroteos masivos, a través de la conciencia general y los informes de noticias sensacionalistas que crean figuras antihéroe de tiradores masivos, atrayendo a otros que han considerado emprender tiroteos masivos ellos mismos. A medida que los niños y los adultos jóvenes reanudan el aprendizaje en persona, nuestras escuelas, universidades y colegios se convierten nuevamente en un objetivo potencial. Tómese un tiempo para estar preparado.