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Investigaciones

Donación y transplante de órganos

 


El trasplante de órganos como herramienta terapéutica es realmente reciente en el mundo de la medicina. Su práctica inició en 1933, cuando el ruso Voronoy realizó el primer trasplante renal que, aunque fallido, marcó la pauta para que otros científicos en el mundo entero continuasen con su legado. Posteriormente, en 1949 en Boston realizaron el primer trasplante renal exitoso, el cual fue seguido del primer trasplante hepático en 1963 y  el de corazón en 1967, mejorando las técnicas quirúrgicas y los tratamientos postrasplante  hasta el día de hoy.

En Colombia, la era de los trasplantes se inició hace 40 años en el Hospital Universitario San Vicente, cuando por primera vez se realizó un trasplante renal con donante vivo en un paciente que vivió 29 años más; posteriormente vinieron los trasplantes de corazón, hígado, páncreas, intestino, entre otros.

Actualmente la falta de donación de órganos se ha convertido en un problema que de tiempo atrás gira en torno a consideraciones religiosas y filosóficas con relación a la muerte, y al tratamiento que se le debe dar al cadáver, el concepto de muerte cerebral, el uso de donantes cadavéricos, el consentimiento y la libre elección del ser humano. Tales consideraciones algunas veces son opacadas y otras exacerbadas por principios como el altruismo, la solidaridad social y el bien común.

Lo anterior ha generado no sólo escasez de órganos sino actividades ilegales, convirtiendo un acto de amor al prójimo en negocios lucrativos e inmisericordes como son la comercialización y el tráfico de órganos, delitos que han obligado a los Estados a reglamentar todo lo relacionado con la donación de órganos, incluyendo la obligatoriedad de la misma sino se ha expresado previamente en vida el deseo de no ser donante.