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El Riesgo en Contexto

Salud mental y maternidad en tiempos de pandemia

Por Bárbara Carbonell Noviembre 16, 2020

Todas las familias que tienen hijos han experimentado el gran reto que es el inicio de la maternidad y paternidad, y el apoyo que se requiere para navegar ese periodo de la vida. Aún en circunstancias normales, el riesgo de depresión y ansiedad, especialmente para las madres, está presente. En medio de la pandemia sabemos que estos riesgos a la salud mental en las embarazadas y recién madres han aumentado significativamente.

En un estudio publicado en Frontiers in Global Women's Health en junio de este año, que incluyó a 520 mujeres embarazadas y 380 que dieron a luz en el pasado año se reportó que antes de la pandemia 29% experimentaron síntomas de ansiedad de moderados a altos y 15% síntomas depresivos. En contraste, durante la pandemia el 72% mencionó experimentar ansiedad y 41% depresión. 

La ansiedad y depresión posparto tienen un impacto no solo en las mujeres sino también en el bebé, en la pareja, en el empleo y en la sociedad. Incrementa los costos de salud, afecta la relación de pareja y familia, la salud física, aumenta el riesgo de suicidio, hace difícil la conexión entre la madre y el bebé, disminuye la capacidad de concentración, la habilidad para tomar decisiones y la productividad.  Se necesitará tiempo para conocer el impacto en el desarrollo de los bebés que se gestaron y nacieron durante ésta pandemia.

Lo que sí sabemos es que los retos de las familias trabajadoras durante la pandemia se extienden más allá del embarazo, posparto y primer año de vida del bebé. El cierre de escuelas y centros de cuido, lidiar con la educación virtual de los hijos mientras se trabaja y dificultades económicas son cargas que pueden superar la habilidad de los individuos para manejarlas aumentando los niveles de estrés y poniendo en riesgo su salud mental y emocional. 

Siendo la población en edad reproductiva una gran parte en el escenario laboral actual, atender las necesidades específicas de las familias trabajadoras es urgente. Como empleador es importante:

  1. Conocer las características demográficas de los empleados. Composición por sexo, edad, cantidad de embarazadas, lactantes, recién madres y padres, empleados con hijos, cantidad y edades de los hijos, entre otras características.
  2. Entender las necesidades e intereses. Si están teniendo retos con la lactancia o con el cuidado del recién nacido, si los hijos en este periodo están estudiando remoto, si no tienen opciones de cuido o redes de apoyo, si están a cargo de otros familiares, entre otros riesgos y necesidades de salud física, emocional y social.
  3. Identificar recursos de apoyo. Educación prenatal, servicios psicológicos, doula o acompañante de parto o posparto, consultoría en lactancia, recursos educativos para los hijos, opciones de cuido, grupos de apoyo familiares, cursos de crianza, recursos para nuevas madres y padres, entre otros.
  4. Ser flexible. Establecer políticas de horario y arreglos flexibles que se ajusten a las necesidades particulares de la familia.

Expertos establecen que nos tomará mucho tiempo recuperarnos de la pandemia, y aunque las predicciones económicas pueden ser establecidas con más o menos algo de precisión, las secuelas en la salud mental y emocional son difíciles de predecir. Un empleado que se sienta apoyado por su empleador en procesos de la vida como el inicio de la maternidad-paternidad y la crianza de los hijos, aún más en un escenario de pandemia va a resultar en un empleado más productivo, comprometido y saludable.